jueves, 10 de mayo de 2012

Juana

Juana... delicada, apasionada, inexplorada.

Temerosa de la vida. Curiosa del placer.

Escondida en la oscuridad de su hogar, silenciosa, inexplicable, con sus labios rosados y su cabello ausente, condenada al dolor sobre su cabeza, derramando lágrimas de sangre.
Sólo sale a mojarse bajo la lluvia, ese es el unico momento en que puede vérsele. Sonrie y llora de felicidad. Es como si el placer de vivir, del mundo, la poseyera. En ese momento fluye, no tiene miedos, parece como si el agua liberara su espíritu al acariciar su cuerpo.

Yo, ajeno a su ser, a su interior, la contemplo. La acaricio con mi mirada, uno sus labios con mis labios y la hago estremecer.
Ella, insegura del momento, confiada en el placer, se deja llevar en el intento.

Cuánto diera por saber lo que esconde, por explorar ese mundo donde nadie ha llegado, por llegar al fondo de su ser... Oh Juana, mi extraña, querida y amada, Juana....